El otoño es un buen momento para visitar las zonas de sierra, los colores del campo empiezan a tornarse, la vida en el campo nunca para, los pueblos son el mejor camino para sentirlo y los pueblos blancos de la Sierra de Cadiz sin duda es uno de los mejores y mas bonitos lugares para disfrutarlo.
El recorrido por los pequeños pueblos se deja sentir su arraigo andaluz, las zonas alejadas de las grandes ciudades no dejan de perder sus esencias, la evolución llega más lenta y eso se agradece, tener un pequeño recuerdo del pasado tan cerca le gusta a la gente.
Nuestro recorrido comienza en Olvera con una zona digna de visitar y ver desde lejos y desde cerca, su conjunto de castillo e iglesia se ve mucho antes de que llegues al pueblo, enclavados en el casco antiguo y rodeado de callejas, la curiosidad es que entre el castillo y la iglesia se encuentra el cementerio en la parte alta del pueblo y rodeado de viviendas.
Setenil de las bodegas pintoresco pueblo creado alrededor del río, las casas enclavadas en la roca hacen sentirte como en otro sitio algo raro pero eso si muy placentero, los bares y restaurantes del pueblo han hecho que la gente disfrute de un paseo tranquilo y apacible, continuamos hacia Zahara enclavada a los pies de una peña con una bonita fortaleza en lo más alto, pero sin duda lo que llama la atención son sus vistas sobre el gran pantano que se encuentra a sus pies, el pueblo es pequeño aunque no está tan masificado como otros de la zona, desde aquí subimos por el puerto de las palomas, carretera un poco peligrosa pero espectacular, con tranquilidad para los que les gustan conducir seguro será toda un experiencia las vistas serán inolvidables, desde aquí bajamos hacia El Bosque, que sin duda hace honor a sus nombre, nuestra estancia en la zona la hacemos aquí, en concreto en Hotel las Truchas, que vivió mejores tiempo, en el pueblo aprovechamos para salir a cenar y nos encontramos con la ruta de la tapa, muy popular en los últimos años en muchos sitios, visitamos varios bares y bien merecen la pena, nos quedamos con el Mesón el Tabanco.
Segundo día nos dirigimos hacia Villalunga del Rosario enclavado a la falda de la montaña se llega tras pasar por un precioso desfiladero, su plaza de toros octogonal bien merece una pena la visita, visitamos un pueblo muy bien adecentado perfecto para pasear por el, no os valláis del pueblo sin comprar queso no os arrepentiréis, volvemos hacia Ubrique famoso por Jesulin, pero la gente no va por esto, si no por su piel que podemos comprar cualquier día ya que sus establecimientos están abiertos todos los días, nuestra visita continua por la que sin duda fue la sorpresa de todo el viaje nos vamos hasta Arcos de la Frontera, la visita de su casco histórico es una de las de no perderse, la zona está concentrada en la parte alta del pueblo, desde podemos ver varios miradores con unas magnificas vistas, las iglesias y algunas fachadas les hace falta una buena restauración, pero su plaza, su castillo(privado) y sobre todo pasear por sus callejuelas con sus arcos de aquí su nombre es una autentica gozada, para comer os recomendamos Restaurante Alcaraván o Los Nuevos Flamencos muy cerca uno de otro en los dos vais a disfrutar, un paseo por Bornos con algunos edificios dignos de visitar, acabando en Prado del Rey y aquí sí que podemos encontrarnos a Jesulín al menos su finca.
Madrugamos en nuestro tercer día y tomamos dirección a Grazalema conocido además de por la sierra a la que le nombre por ser el pueblo más lluvioso de España, curioso que esté en Andalucía pero lo es, la carretera de El Bosque hasta Grazalema tiene muchos sitios donde parar y disfrutar de las espectaculares vistas de toda la sierra, por toda esta zona hay muchas indicaciones para poder realizar rutas de senderismo, por las que sin duda es otra zona de disfrutar y mucho de la zona, pero esta vez el tiempo no acompañaba, después de una rápida visita a Grazalema, continuamos con la ultima parte de nuestro recorrido y aunque no es de la mis zona ya aprovechamos para incluirla y hacer una visita a Ronda.
Solo fueron unas horas y sin duda otra vez apliaremos el tiempo ya que merece la pena una visita más prolongada, en esta ocasión disfrutamos de sus espectaculares vistas desde el tajo y de sus calles llenas de gente y bares esplendidos y muy recomendables como Carmen la de Ronda.