viernes, 30 de agosto de 2013

MONASTERIO DE SANTA CLARA BELALCAZAR

Pleno verano, norte de la provincia de Cordoba, verano caluroso y cansino, donde solo apetece salir por la noche o muy a primera hora de la mañana, días anodinos en los que es mejor marcharse a la piscina, pueblos casi fantasmabolicos durante tiempo que el sol hace su aparición, con este panorama seguro que lo que menos apetece es hacer una visita cultural a partir de las 11 de la mañana, pero pensando en un edificio historico, iglesia, monasterio o convento, empiezas a pensar seguro que no está tan mal y no pasamos tanta calor, así que el 15 de agosto nos dimos cita màs cien visitantes en el convento de Santa Clara de Belalcazar para ver la visita teatralizada.

Bonita visita y muy agradable la que hacen desde Tureventos los Pedroches, con unas representaciones muy bien conseguidas, intentando llevar la historia hasta nuestros dìas, sin duda la gente poco a poco se integraba màs y màs, estamos habidos de nuestra historia cercana y poco conocida.

El Convento de Santa Clara sin duda es un buen referente en el Valle de los Pedroches, gracias a las restauraciones su estado de conservación es muy bueno.












Hasta 1444 Gahete (Belalcázar) pertenecía a Córdoba pero el Rey Don Juan II de Castilla dono estas tierras a Don Gutierre de Sotomayor. Así estas tierras quedaban desligadas de Córdoba en lo civil y administrativo, pasando a la antigua provincia de Extremadura. En lo religioso, si continuó perteneciendo a Córdoba.



Don Gutierre de Sotomayor alcanza el cargo de maestre de la Orden de Alcántara en 1.432. El Rey D. Juan II de Castilla le hace merced de la villa de Gahete al maestre Don Gutierre, este consigue del rey, para uno de sus hijos, la creación de un señorío sobre el antiguo poblado de Gahete, hoy Belalcázar. Además logra una buena boda para su vástago entroncándolo con la noble familia de los Zúñiga, familia influyente en Extremadura emparentada con el Rey. Los señores se establecen en Gahete habitando un hermoso castillo-palacio construido en el centro del antiguo recinto fortificado. Don Alfonso, el primer señor, murió joven dejando a su viuda Doña Elvira al frente del feudo. Doña Elvira solicitó la merced de Conde y la elevación de categoría de estas tierras, pasando de Señorío a Condado. Así lo concedió el monarca y, en 1.466, comienza la historia de lo que ya sería el Condado de Belalcázar, pues en este mismo año se le cambio el nombre al pueblo, pasando de Gahete a Belalcázar (bello-alcázar), en clara alusión a la belleza del castillo que presidía estas tierras El primogénito de este matrimonio D. Gutierre de Sotomayor-Zúñiga ( Fray Juan de la Puebla) a la mayoría de edad renuncia al título y abraza la vida religiosa, primero como jerónimo y mas tarde tras su estancia en Roma como franciscano con espíritu reformador.



Con estas circunstancias familiares Doña Elvira quiere fundar un Convento de frailes franciscanos y obtiene bula especial de Sixto IV. Se hizo saber la intención de esta fundación al Capitulo de la custodia de castilla, celebrado en S. Francisco de Úbeda " el Prelado nuevamente electo partió a Belalcázar, y puso calor en la fundación con su asistencia, y de otros Religiosos. El año siguiente, que fue de 1.476, al 7 de octubre, envió al P. Fray Rodrigo de Barcones, Custodio de la custodia de Santoyo, y 24 religiosos observantes". Junto al recinto religioso, se construyeron unas casas donde la condesa y sus hijas, se retiran, con gran asiduidad, para rezar y asistir a los oficios divinos.



Hasta tal punto llegó el vínculo religioso de la familia condal con el Convento que, muerta Doña Elvira (1.483) sus hijas Leonor e Isabel deciden profesar la religión católica, como monjas de clausura, en un convento contiguo al de los frailes. Pero la proximidad de ambos, y dado los tiempos que corrían, aconsejó la separación de dichas comunidades. .Así pues., las monjas se quedaron con todo el recinto cuya extensión era de veinticinco mil setecientos metros cuadrados de los que unos siete mil metros cuadrados eran de edificación, y a los frailes se les construyó otro edificio más cercano al pueblo. Este nuevo convento de frailes se denominó de los Cinco Mártires de Marruecos "se trasladaron los Religiosos de S. Francisco, donde habían vivido trece años, al de los Cinco Mártires de Marruecos, con gran solemnidad, llevaron el Santísimo Sacramento en procesión solemne con acompañamiento popular, y concurso: hallase a este acto y traslación el siervo de Dios Fray Juan de la Puebla. San Francisco quedó con sus Monjas fundadoras con el título de Santa Clara, sujeto a la custodia de Santoyo".



El antiguo Convento de los franciscanos fue ocupado por las monjas en el año 1.490. Vinieron a este lugar monjas procedentes del Convento de Nuestra Señora de la Consolación de Calabazanos (Burgos), trayendo un trozo de la Columna en la que ataron a Jesucristo para azotarle. Llegaron el 21 de febrero de 1.494 y desde entonces se llamó Convento de Santa Clara de la Columna. La principales fueron dos hijas del Maestre de Santiago, don Rodrigo Manrique, primas hermanas de Doña Elvira de Zúñiga, llamadas doña Catalina y doña Luisa Manrique, religiosas de gran virtud y aprobación, por lo que fueron nombradas abadesa y tornera, respectivamente, del convento.



En el año 1.493, tanto Santa Clara de la Columna como Los Cinco Mártires de Marruecos, son desligados de la Custodia de Santoyo y acogidos a la de Santa María de los Ángeles, fundada por Fray Juan de la Puebla. Admitido ya este convento a la obediencia de la Provincia de los Ángeles, Fray Juan de la Puebla hizo unas constituciones muy rígidas para que fuesen observadas por las monjas de Santa Clara de la Columna y mando se guardasen a la letra en dicho convento.



La Reina Católica Doña Isabel teniendo noticias de la santidad de la comunidad de Santa Clara de la Columna pasaba hacia la conquista de Granada se hospedo en ella unos días, “con la experiencia, y trato de las religiosas comprobó la opinión y vio su religiosa virtud” y concedió a la comunidad algunas mercedes y gracias...